Aquí estoy de nuevo. Hoy quiero enseñaros curiosidades varias además de algunas tiendas que no podéis perderos.

Como siempre tenía anotado en mi mapa distintos puntos que no me podía perder, pero por el camino fuimos descubriendo algunos lugares que desde luego me alucinaron.

Entre ellos, esta preciosa floristería, de la que no tengo fotos del interior porque su dueña me dejó bien claro que con cámara «ná de ná». Si, las flores son bonitas, pero no os lo cuento por las flores, sino por el precioso local que se esconde dentro. Una maravilla maravillosa que no os puedo enseñar, así que si vais hacer un parón y entrar…. Hay una estantería enorme de madera antigua maravillosa, llena de cajoncitos misteriosos y decorada con miles de tarritos y preciosos adornos, pero lo mejor es la zona de trabajo que se encuentra abierta y a la vista, iluminada por una gran cubierta de cristal a dos aguas, con un cuartito separado con una cristalera de madera donde tiene una pila antigua ….. maravilloso. Soñaba allí dentro con tener un espacio similar de trabajo en algún siglo de estos…

En esta misma calle también se encuentra una tienda de lanas la mar de mona, Weldraad donde además pude hablar con su dueña largo y tendido sobre unas preciosas lanas que tenía y que me llevé (aun no sé para qué las usaré). Salí de allí super contenta, no solo por el descubrimiento y por mi nueva lana, sino porque había sido capaz de mantener una conversación en inglés con términos concretos sobre labores y punto. No sabéis que subidón. La timidez me puede siempre, y cuando salimos es mi chico el que habla. Yo normalmente entiendo y le traduzco… osea, un show. Todo porque me da una vergüenza de morir equivocarme o no saber qué contestar, y claro, Nacho no es que sepa mucho vocabulario costuril, así que no me quedó mas remedio que lanzarme yo.

Mucha lana, muchos colores, un precioso rinconcito para las tejedoras. ¡Punto nuevo para añadir al mapa!

Y siguiendo por la zona, otro de los descubrimientos maravillosos del viaje, de Weldaad (nombres casi idénticos, pero nada que ver el uno con el otro), una preciosa tienda de muebles y objetos antiguos, miles de cachibaches y tesoritos apilados por todas partes. Sólo se me oía decir oh! ah! Me lo llevaría todo!

Ya os enseñaré los tesoritos que me llevé de allí. Todo cosas pequeñitas que entraran bien en el bolso, claro, pero que tengo pendientes para usar en un par de proyectos caseros que tengo en mente.

Paseando por las calles fui encontrando cosas muy curiosas, como esta colección de tubos tejedores (soy una inculta y no se como se llaman) colocada en una ventana de una casa particular ¿No es genial?

Aun me quedan cosas por enseñaros. Desde luego me he venido cargadita de crucecitas en el mapa…  ¿Qué os han parecido estos lugares? Yo quiero volver…. 😦