Estos últimos días navideños están siendo muy relajados… Ratos de sofá, tejer viendo la tele, empaquetar regalos…

Creo que por suerte o por desgracia estos días me han servido para parar un poco, y poder disfrutar de esas cosas que me encanta hacer y que consiguen que mi cabeza se marche a otro lugar.

Poco a poco voy cogiendo soltura con las agujas y los puntos quedan normalmente bastante uniformes. El otro día tejí mi primer gorro, que por supuesto tenía que llevar pompón (primero porque me gusta, y segundo porque así tapo de manera elegante el gran agujero que me quedó en toda la coronilla). Estoy contenta. Es gracioso y mega calentito. Ayer lo estrené con esos 2 graditos tan majos que hacía por la tarde-noche en Madrid, con su airecito y eso.

Además he tenido tiempo para escribir algunas cartas, y decir de nuevo ¡Hola! a mis compis de correo postal a los que últimamente tenía un poquito olvidados…

He utilizado algunos de los sobres que tenía preparados de mi calendario de adviento postal, que el pobre va con un poquito de retraso (¿Por qué será que ya no me sorprende?)

En nuestra nueva casa hemos encontrado el mini rincón perfecto para el árbol, colocado delante de una estantería haciendo esquina en el salón. Ahora ya no nos lo llevamos por delante al pasar, tirando todo lo que tiene encima y me encanta tener las lucecitas encendidas todo el día. Qué penita que queden tan pocos días para tenerlo puesto… Creo que lo voy a echar de menos.

Y también estoy contenta porque ya están todos los paquetes navideños listos. ¡Todos!. Este año tocan paquetes en kraft y negro, mega sencillos pero que ahora mismo colocados bajo el árbol en mi salón quedan estupendos. Lo mismo podría dejarlos ahí puestos unos días más, ¿No?

No nos queda nada…..  ¿Habéis sido buenos este año?